marzo 02, 2012

Carta de odio

CARTA DE ODIO
Y entonces Pancracia escribió silenciosamente:
Preguntas como: Por qué vas tan lento? Por qué ahí? Por qué no lo haces ahora? Por qué no como ella? Por qué tan tarde? hacen que te odie un oquito más de lo normal. Si supieras lo mucho que me cuesta aceptarte, te daría pena vivir y mostrarme tu total estupidéz; la estupidéz que tanto te critico y que tú mismo sabes que tienes hasta para regalar.

Quisiera desaparecerte del planeta y no verte nunca más. Haría que no quedara rastro de tu existencia, ni siquiera en la mente de tus seres queridos. De hecho, también a ellos los aplastaría con un mazo de cocina.

Podría despedirme de ti, pedazo inútil de humanidad, ya que te especializas en molestar. Te haría daño y después sería feliz, como de costumbre. Porque a algunas personas, nos hace feliz vivir la desgracia de otros y disfrutarla lenta y repetitivamente mientras recordamos.

Puede sonar un poco macabro este mensaje y es que es así. Es un mensaje que expresa totalmente mi sentir, que me alivia y me relaja mientras pasan las palabras quedándose una detrás de otra, formando una cadena de ideas descongestionantes. Porque mi vida a veces se congestiona. Mucho.


Podría agradecer por mi vida, como cualquiera le recomendaría a personas complicada como yo. Pero yo soy un poco más complicada de lo que todos creen, y eso, TAMPOCO tengo que explicartelo porque honestamente voy a matarte.

Algunas veces anteriormente maté a alguien en mi mente, igual que lo haré contigo. Lo metí en mi cerebro y mientras dormía podía deshacerme del sentimiento malévolo pagándola con él. Lo más gracioso es que ahora extraño la estabilidad que logré, despues de tanto intentar conseguirla por aproximadamente 12 años. Preciada estabilidad, es a ti a quien no debían quitarme!

Me despido con la música que como cómplice, ayudará a mi fuerza de voluntad a que proceda con el exterminio de la plaga que eres dentro de mi. Así que ahora, morirás en mi vida, #unfollow +unfriend.

...Entonces Joseíto murió y dejó a Pancracia en paz con su vida, sin hacerle preguntas estúpidas y sin pedir explicaciones.