Como cada año, volvimos a la amada Marina del pueblo de Camerota, en Salerno, sur de Italia. Esta vez fuimos acompañados a disfrutar de lo que quedara de verano en octubre. Sí que quedaba. ¡Estuvo buenísimo!Estas fotos de abajo, las hice una mañana en la que me escapé un poquito más temprano de lo normal. Como solo llevé la cámara Sony y su objetivo 16-50mm (porque dejé en Barcelona el adaptador para los otros), estaba super triste. Había preparado mi cerebro para hacer otro tipo de fotos y traérmelas a mi casa con mucha emoción. Pero no.